
Pero nos hemos olvidado que somos HUMANOS, no MAQUINAS, y que a diferencia de éstas podemos sentir. A través de las emociones podemos saber que estamos vivos y también comprender la realidad que estamos viviendo. Las EMOCIONES están dentro nuestro, existen, y no las podemos ELIMINAR. Podremos anestesiarlas, pero nunca eliminarlas.
Existen emociones positivas pero también están las que no nos gusta sentir (el odio, la bronca, la tristeza, la envidia, etc). Todas están latentes dentro de nosotros y es importante saber que las que sintamos no están ni bien ni mal, solo existen dentro nuestro. Quiero decir, que ellas no tienen moral. Por eso no debemos sentir culpa cada vez que nos acechan las negativas. Ellas existen, están y no las podemos cambiar, lo qué sí podemos hacer es ver qué hacemos con ellas. Los actos, es decir lo que hacemos con lo que sentimos es lo que hace que algo sea moral o inmoral. Por ejemplo, si siento bronca y odio por alguien y decido por ello matar a esa persona, eso sí es algo malo, pero no lo es lo que yo siento. Eso no lo puedo evitar, lo siento así, simplemente porque soy humano.
No nos olvidemos que si no lo escuchamos, queda pendiente una DEUDA EMOCIONAL que en algún momento va a pedir a gritos salir. Esto lo vemos muy comúnmente cuando nos deviene algún tipo de problema como ser la depresión, la ansiedad, los bloqueos, el estrés, el insomnio, u otras enfermedades más graves.
Sé que no es fácil permitirnos atravesar las emociones que nos hacen sentir mal, pero tengamos en cuenta, que si no lo hacemos, ellas no se irán, seguirán ahí pudriéndose dentro nuestro. Es necesario LIMPIARLAS, HIGIENIZAR nuestro corazón (llorando, gritando, escribiendo lo que nos pasa, hablando con un íntimo que nos comprenda, tirando almohadones, etc) para sentirnos más livianos, y así superar lo que sentimos y vivir una vida más REAL y AUTENTICA.
Este recorrido también nos llevará a convertirnos en seres más SENSIBLES, más EMPATICOS con lo que le sucede a otros, comprenderemos más a los que nos rodean, porque estaremos más PERCEPTIVOS. Nuestra "lente interior" estará limpia para ver nitidamente lo que realmente sucede.
El aprender cómo actúan los sentimientos, nos llevará a comprender y también manejar la conducta de los demás. Es así como uno llega a la sabiduría que, sólo emerge de la propia vivencia.-